viernes, 27 de marzo de 2015

El entrenador del CD Lugo, Quique Setién hace público un comunicado



OPINIÓN



Setién no quiere quedarse al margen del proceso de la venta de acciones del CD Lugo, por parte de la Diputación y el Concello



El técnico rojiblanco hizo público hoy un comunicado en el que da a entender su preocupación por el futuro de la Sociedad Anónima Deportiva, de la que dice que es accionista, socio y simpatizante 



SIENTO, PADEZCO Y ME IMPLICO
27/03/2015
SIENTO, PADEZCO Y ME IMPLICO
Uno es como es y se morirá así. Llevo cerca de 40 años viviendo en el fútbol profesional. De hecho todo lo que soy y todo lo que tengo se lo debo a él. En todos estos años he convivido con gente de todo tipo y condición, grandes personas que se quedaron conmigo para siempre y también desalmados sin escrúpulos que no olvido. En esto no me diferencio del resto de los mortales que habitamos esta selva. Tras una dilatada carrera como futbolista pase por los despachos como Director Deportivo del Racing de mi tierra mientras alternaba los domingos con  el banquillo. Siempre cerca del balón. Y en ello sigo.
 Mi relación con el CD LUGO va para seis años completos. Pase por El Ejido tres meses y siete más que estuve sin cobrar con los jugadores en Logroño hasta que me echaron de ambos. Aquí llegué de paso, de la misma manera que pude caer en cualquier otro sitio, sin mucha fe, he de reconocer, pero con la ilusión que llevo conmigo a todos los lados. Pero en contra de lo que esperaba fue bien. Curiosamente en el peor momento del equipo me renovaron, confiaron en mi, algo inusual. Y han pasado casi seis años futbolísticos completos. Y tanto tiempo da mucho de si. Aquí he disfrutado de experiencias profesionales que me han llenado por completo. He hecho amigos que permanecerán para siempre. Hemos crecido, reído y llorado juntos. Veo crecer cada día a mi hija como una lucense más, y tanto yo como mi mujer tenemos una parte de nosotros que siente como tal. Noto cada día el aprecio y la consideración de mucha gente que valora el trabajo que hago y trato por todos los medios de cumplir con ellos para que el día que me vaya sea recordado como un tío que hizo lo que pudo honradamente por encima de los aciertos o errores puntuales a los que somete cada semana esta profesión.
Por mi forma de entender la vida año tras año llegué a acuerdos con el club para mantener la relación. Por ambas partes, con libertad plena, hemos iniciado cada nuevo curso con el ánimo y la ilusión de consolidar al club en el fútbol profesional. Y en ello estamos ahora mismo viendo el futuro cercano con cierto optimismo.
Pero al margen de la relación profesional que me vincula con el club hay algo más. También soy una persona que siente, que padece, y que se implica. No soy de los que se mantiene al margen de cuestiones importantes y ven los toros desde la barrera. Se da la circunstancia de que además de ser un trabajador de esta, que es mi empresa, también soy accionista, socio y simpatizante de ella. Y como tal me interesa mucho lo que le suceda y los derroteros que toma. Si el componente sentimental ya me influye, defender mi puesto de trabajo aún con más motivo. El derecho a manifestarme como lo crea conveniente en aras de conservarla como esta me obliga a ello. La experiencia de muchos años me ha mostrado los caminos por los que debo transitar y de qué manera. A nadie le debería parecer mal que uno defienda las cosas en las que cree cuando lo hace con la corrección adecuada. No me he convertido en un piquete, ni aliento ningún conflicto, ni he faltado al respeto a nadie. Cada día, en estos últimos años, mucha gente ha tenido que defender un puesto de trabajo que ha visto peligrar. Empresas que cierran, personal sanitario que no se mantiene al margen de las privatizaciones. Es que deberían callar y aceptar los cambios sin más. Pues no. La gente defiende lo que ha creado. Y yo, junto con un grupo muy amplio de personas comprometidas que recogieron este club en los huesos y que lleva más años que yo,  ha creado algo que tiene vida, que funciona y que es aprobado y reconocido por todos dentro y, sobretodo, fuera de esta tierra. Quizá porque añoran y envidian su ejemplar funcionamiento.
Por otra parte, he respondido durante años a las preguntas de todo tipo de los periodistas, incluso las impertinentes y capciosas que han sido muchas, y ahora que me manifiesto en un asunto que me afecta frontalmente parecen no considerarlo adecuado creyendo que me debería haber mantenido al margen. Lo cierto es que no me conocen los que pensaban que estaba o debería mostrarme indiferente a este proceso de la venta de acciones por parte de la Diputación y el Concello.
Supongo que saben cómo esta la situación del equipo de la tierra en la que nací. Hace unos años, por la indiferencia de la mayoría, entre los que yo no me encontraba, y mientras el Racing jugaba en el Parque de los Príncipes la Uefa Champions League, yo ya me manifestaba en contra porque el club presentaba presupuestos de 40 millones cuando sabía que solo iba a ingresar 23. Ahora está tratando de sobrevivir a la gestión de unos vanidosos que se creían entendidos. Allí sufrí una persecución seria por aquellos a los que tampoco les gustó que dijera lo que pensaba. Ahora están declarando en los juzgados mientras los jugadores y empleados llevan muchos meses sin cobrar. Por eso cuando ves un club como el CD Lugo y conoces su funcionamiento en profundidad sabes que su supervivencia nunca se pondrá en juego en aras de conseguir sueños inalcanzables. El problema de estas cuestiones que afectan a la indiferencia es que cuando quieres sanar al enfermo ya es tarde y el daño generalmente es irreparable. Solo los amaños rocambolescos con los que funciona este país han permitido a muchos clubes vivir cuando tenían que haber desaparecido. Luego llegan los llantos y las rabietas por lo que pudimos hacer y no hicimos. Así es la cosa. Repasen y vean como esta el fútbol español.
Yo, algún día me marcharé de Lugo, siempre he estado con las maletas preparadas porque se en el mundo en el que me muevo, se que los resultados son los que mandan y cuanto más crezcas mayor será la exigencia. Por eso con las ocho jornadas seguidas en las que el equipo no ganó rozando la zona de descenso, hable con Carlos Mouriz y le comunique que al menor atisbo de duda con respecto a si no me creía capaz de reconducir la situación no tenía más que decirlo. Jamás les pondré en la situación de tener que cesarme.  Pero esta vez volvimos a ganar y de momento seguiremos peleando por lo que hemos creado juntos y que también considero que es mío. Me lo he ganado desde hace seis años.

                                                                                                        Quique Setié

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