OPINIÓN
El CD Lugo se juega el domingo tres puntos de oro ante un Real Oviedo que también trata de salir de la zona de descenso
Los rojiblancos afrontan el choque como una final más al igual que el equipo carbayón que se espera este arropado por centenares de seguidores
El estadio Ángel Carro será el domingo escenario de un encuentro de máxima rivalidad y que en este caso se ve acompañado de la necesidad que tienen ambos de puntuar, ya que los dos están en zona de descenso empatados a 29 puntos y con muchas ganar de salir de ella, ya que tienen por delante al Albacete en zona de permanencia con un sólo punto más.
El encuentro tiene sin duda tintes especiales y el Consejo de Administración del CD Lugo decidió anular la declaración que tenían prevista de día de club, con la intención de que la afición rojiblanca acuda en masa a apoyar al equipo en estos momentos tan delicados y de tanto riesgo de descenso.
Por ese mismo motvio es de suponer que serán centenares los seguidores del Real Oviedo que en la matinal del próximo domingo también se den cita en el estadio lucense, al que en más de una ocasión llegaron a denominar con 'el fútbolín' aunque las dimensiones del terreno de juego (105 por 70) son de las mayores del fútbol nacional, no así el graderio mucho más reducido que el del Carlos Tartiere de Oviedo.
Mientras el estadio Ángel Carro tiene un terreno (105x70) dos metros más ancho que el del Carlos Tartiere (105x68) el graderió el estadio carbalyón tiene mucha más capacidad (30.500) que el Ángel Carro (7.070) aunque la temporada pasada tenía 8.168 pero se vio obligado a reducir el graderío del fondo sur.
Mientras el estadio Ángel Carro tiene un terreno (105x70) dos metros más ancho que el del Carlos Tartiere (105x68) el graderió el estadio carbalyón tiene mucha más capacidad (30.500) que el Ángel Carro (7.070) aunque la temporada pasada tenía 8.168 pero se vio obligado a reducir el graderío del fondo sur.
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